viernes, 18 de julio de 2008

Los elefantes, el color índigo y una mujer rubia con la piel tan blanca como una muñeca rusa.

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Poema extraído de "De historias de aeropuertos y burgueses derrochadores a modo de metralla" (Ver concepto de violencia monetaria de Passaunt, Jean Pierre en “Que os digo que los hippies y el dinero no se entienden”.)

Por cuánto más será este abrazo al cielo
este sacar el pecho tras un respiro liviano
de mangas holgadas y de lino
con escalofríos de espalda y besos de nuca
de Beijing y de Somoa
con aviones que despegan y aterrizan a la vez
abrazando ropa limpia, empujando las maletas por la rampa.
Por cuántas más escaleras mecánicas
cuántos metros
cuántas notas de piano y cuántos filmes de Roman Polansky
o cuántas lluvias aisladas en mi hemisferio
estaré condenado a la flagrante sonrisa.
Ojalá pudiera no prever ese día
que en tu toalla de turbante me acuchille una mirada
que sin obviar sensualidades me latigue
y tus distinguidos paseos por la conserjería y tu cepillo de dientes
me digas,
vuelven a su reposo aristotélico y temido.

PD: El título marca los lineamientos de lo tácito, conformando un todo-acontecido arbitrariamente construido en base a pautas culturales que datan de los últimos cincuenta años.

Y una hawaiana baila para todos los que la quieran imaginar, mueve sus manos como una Andrómeda enquistada con el mundo pero amiga de los ritmos más constantes.
Nota al pie de página: la coherencia es el amor. Si no, ¿Por qué habría de estar contento?

sábado, 5 de julio de 2008

Confiesión

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Confieso que he intentado dejarte y cambiarte por el tenis. Confieso que dia a día se me pasaban como rayos de bicicleta. Confieso que se puede sin rasguños, al menos estos meses he podido. Me he entregado por entero a la superstición de la sonrisa, ¿pero a qué precio? Si evitaba los silencios, ni pensaba en los recuerdos, y esquivaba vacilante mi destino trascendente.
Poco más por decir... sólo que he vuelto, sepan que a nadie he abandonado salvo a mí mismo. He vuelto como nunca tras reconocer mi solitaria presencia.
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Lectura, escritura y locura, si bien no mantienen relación de sinonimia, mantienen una de implicancia. Si no el quijote no sería quijote y yo mismo no sería yo.
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