miércoles, 25 de febrero de 2009

Testimonio de mi agonía


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Les presento aquí tres poemas que afortunadamente escribí hace mucho tiempo, los tres bajo el mismo nombre "Testimonio de mi agonía". Junto con otros escritos, que no han tenido aparición aún en este blog, describen un viacrucis que culminó en una muerte gloriosa. No puedo menos que recordar a Hegel cuando pienso en el sentido dialéctico de lo sucedido. Necesité regodearme en ese esputo mortecino para morir realmente y descubrirme vivo. Hoy más vivo que nunca.
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Brazos esqueléticos
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garras de pollo
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cuello arrugado, tubo de garganta pegajosa
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raspa al hablar lo poco que habla solo
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quema al decir el ácido estertóreo,
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hace tres días el hambre no me come.
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plañideras
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cuentagotas
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alfileres
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pensamientos
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malos
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muy malos
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Las manos frías ya no sienten
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.............................................. los dedos
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.............................................. duros y paralizados.
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