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Azul
acabado el espejo
en la inconmensurable niebla
pasó el tiempo y cubrió todo
del interminable trecho.
Mas qué decir, si estoy tan solo
y oigo voces que retumban
son sollozos de ultratumba
que mi alma suda en vano
qué decir si tan humano
es mi eterno sufrimiento
calma el aire, cura el humo
aunque meros pasatiempos
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Silencio
entre las copas que susurran
y los gatos parpadeantes
la tan anhelada calma
llegó de noche y desprovista
de los modos de apropiarla
ya se escapa como liebre
la tan anhelada clama
y mis manos quedan vacías
en ese fallido intento
de atrapar al pez que sueña
lo que todos vivimos.
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